Desde que empecé en el camino de la cirugía plástica, la lipoescultura me apasionó. La idea de poder moldear el cuerpo y darle una forma completamente distinta, sexy y con curvas logrando una transformación no sólo en el cuerpo, sino también en la autoestima de mis pacientes, fue espectacular. A medida que fui mejorando en mis cirugías, ocurrieron 3 cambios que me sorprendieron. El primero, la oportunidad de compartir mi conocimiento en muchos foros y aumentar mi actividad académica. Segundo, la satisfacción y felicidad en mis pacientes que transforma mi práctica privada y sus vidas. Y tres, una remuneración económica que se ha vuelto no solo constante, sino también en aumento gracias a Dios. Desde hace 5 años empezamos a recibir residentes con el deseo de rotar, y este número ha aumentado de manera exponencial de tal forma que actualmente residentes de todas las escuelas de cirugía plástica en México y del extranjero (Argentina, Brasil, Italia, Honduras, República Dominicana, Colombia, Perú, etc) continúan rotando y tenemos un año de turnos ya completos. Y de esa manera empezaron a acudir cirujanos plásticos también que querían ser también entrenados en las técnicas de cirugía plástica más relevantes y que practico a diario